En Making Known hemos desarrollado la Metodología Inteligente de Comunicación, que parte de un amplio análisis basado en datos de las diferentes audiencias y fija una estrategia para impactar de forma eficiente en cada una de ellas en función del grado de conocimiento y de su vinculación con la marca.
Basa la estrategia en el Data y el conocimiento real de cómo se relacionan los diferentes públicos con tu marca.
Conocer cómo se relacionan con la marca para optimizar la comunicación hacia cada audiencia
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COMUNICACIÓN ESTRATÉGICA
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José Rosón fue un hombre insaciable en su afán de aprender e innovar, virtudes propias de los grandes sabios, y además, generoso con su sabiduría, que compartía con desinterés. Los que estuvimos cerca de él, tuvimos el grandísimo privilegio de aprender muchas de sus virtudes que ya nos pertenecen a modo de legado y que recibimos con honor y responsabilidad. Nos llena de orgullo y satisfacción el haberle tenido como padre y por ello damos gracias a Dios.
Muchos de los que le conocieron compartiran con nosotros la opinión de que una de sus mayores cualidades era su capacidad de visualizar y proyectar el futuro. Él mismo fue un avance de sus tiempos ya que aunque vivió la mayor parte de su vida en el siglo XX constituye el modelo de humanista del siglo XXI con muchos de los atributos necesarios para hacer frente a los tiempos cambiantes que vivimos: tolerancia, visión global, afán de superación y mejora, una imaginación sin limites, un liderazgo natural para ilusionar y conciliar, buen juicio, compromiso… Era además un gran admirador de los valores femeninos y de la importancia de su participación activa en la sociedad.
D. José buscaba la Excelencia y tenía la capacidad de hacer que las cosas fueran excelentes. Siempre pensaba en grande y nos hacía sentir grandes a los que estábamos con él, sin perder nuestra sencillez. Nos protegía, sin agobiarnos; nos motivaba, sin empujarnos; nos educó con el ejemplo en valores y ética.
Fue un placer coincidir con él en esta vida; un regalo de Dios tenerle como padre, una gran suerte contar con él como consejero y el mayor lujo del mundo, tenerle como amigo, el mejor.
Luchador hasta el final, positivo y vitalista, en sus últimos años libró una durísima guerra que fue su enfermedad y aun en esos terribles momentos, los que estuvimos a su lado continuamos aprendiendo. Nos enseñó con maestría ejemplar cómo enfrentar los obstáculos de la vida, con fortaleza, templanza, prudencia y justicia.
Decimos adiós a un caballero; a un Hombre Bueno, con mayúsculas; no sólo bueno en el sentido de bondad, que también, sino por su integridad y ejemplo del buen hacer.
Ara Rosón de Beas,
Madrid 22 de octubre de 2009