El 77% de las marcas podrían desaparecer mañana y no pasaría nada*. Su misión, por tanto, se complica cada día más si lo que quieren es llegar a los consumidores y en definitiva convertirse en su opción a la hora de la compra. Para lograrlo, ya no basta con ser un producto, deben cumplir, entre otras cuestiones, una serie de valores, entre los que la cercanía, se ha vuelto esencial.

Es en esta búsqueda por resultar más cercanas y amigables donde las empresas, hasta el 59%, apuestan cada vez más por incluir a los influencers a la hora de planificar su estrategia de marketing digital.

**El 92% de las personas están dispuestas a confiar en las recomendaciones personales sobre una marca, incluso si desconocen al que lo recomienda, el 83% si la recomendación proviene de amistades y familiares y el 66% de las opiniones que otros usuarios publican en sus perfiles sociales. Además, un 50% realizan una compra teniendo en cuenta lo que le aportan los canales digitales.

Los datos ponen de manifiesto el papel que los influencers pueden desarrollar y de su capacidad de generar comunidades en las redes sociales donde sus contenidos son capaces de integrarse como parte de nuestras vidas de forma totalmente natural, lo que resulta clave a la hora de otorgar credibilidad a una marca.

Los influencers trasladan un mensaje mucho más verosímil y su impacto está principalmente en la primera fase del funnel, top of the funnel, por tanto, el mayor valor de contratar un influencer está precisamente ahí, en alcanzar a una amplia audiencia, hasta el 80% del valor total generado por una campaña con influencers se genera en esa parte del funnel.

El objetivo en este caso no estaría a nivel de ventas, el impacto de las campañas con influencers es inferior en esa parte, entre un 15-20% del total generado por la campaña, pero sí en el reconocimiento de marca más a largo plazo. El influencer potencia la marca, la hace más deseable y una vez que se cumplen estos dos objetivos la compra de un producto es mucho más factible.

Asimismo, la actividad de un influencer en su canal aumenta la visibilidad de la marca entre su público objetivo, gracias a que accede al target específico del influencer en cuestión (por tanto ambos deben estar alineados). De nada sirve una celebrity con millones de seguidores si estos no son el público objetivo de la marca y sin embargo, un microinfluencer – entre 10.000 y 200.000 seguidores- con mucho menos alcance puede generar una influencia digital mucho más real si sus públicos coinciden.

Los usuarios con menos de 1.000 seguidores en Instagram reciben una media de un 8% de “me gusta”. Esta tasa se reduce progresivamente conforme aumenta el número de seguidores, bajando hasta el 1,6% en influencers con más de 10 millones de seguidores***.

Por tanto, el target al que se dirige la marca va a determinar el tipo de influencers – celebrity, macroinfluencer o  microinfluencer – y los canales donde desarrollar la campaña.

Por otra parte, un influencer puede ayudar a fidelizar el target de la marca, especialmente si se convierten en sus embajadores, contratar a un influencer a largo plazo es la mejor inversión para ganar en credibilidad. A su vez la persona contratada tiene que entender la marca, ser coherente con lo que publica y si además la integra en sus publicaciones como parte de su vida, el éxito de la campaña está garantizado.

¿Responde un influencer a las necesidades de tu campaña de marketing digital?

*Estudio Meaningful Brands 2019 de Havas Group,

**Postcron

*** Estudio Markerly sobre la interactividad en Instagram